Quiero recordarles, antes de introducirlos en la lectura de la columna, que mi intención no es herir susceptibilidades ni ofender a alguien; es simplemente una columna de opinión, y por supuesto se aceptan opiniones tanto a favor como en contra.
Hoy les quiero comentar, una situación bastante incomoda y desagradable que me toco vivir esta mañana en el coche 14 de la 132 (es anecdótico el numero de coche).
Yo viajaba en esta unidad hacia la facultad, alrededor de las 10 de la mañana, sentado en la 3º fila del lado del pasillo, llegando a Plaza Once. El coche se detiene en esa parada tan importante del recorrido, sube gente, y el bondi venia bastante cargado. A todo esto yo no venia prestando atención ni al paisaje ni a lo que pasaba en el interior de la unidad: estaba concentrado en la lectura de un libro y venia escuchando radio con los auriculares, por ende estaba doblemente aislado de lo que pasaba a mi alrededor, visual y auditivamente.
Al estar doblemente aislado, no veo venir a la señora que me quiso pedir el asiento, pero que lo hizo de mala manera. Me puso su carnet de discapacidad, esos que tienen el tamaño de una foto de papel de antes, delante de mi libro, interrumpiendo mi lectura. A lo que termino levantándome diciendo "La C... de su madre" (y si, también puteo, no soy un robot ni un lord inglés) pero nunca a la señora ni a nadie de alrededor, sino que el insulto fue al aire, de bronca a la situación de tener que levantarme (y ya venia de ayer que me hicieron algo similar pero me llame a silencio). Esta bien, no tenía razón y mi obligación era cederlo, pero hay maneras y maneras de pedir las cosas, y poner el carnet delante de mi libro es una mala manera, de allí mi reacción, poco habitual porque suelo ceder el asiento voluntariamente casi siempre en el colectivo.
La señora si ve que estoy doblemente aislado, me podría haber tocado el hombro o el brazo y pedirme de buena manera si le cedía el asiento y yo se lo cedía. Enojar, me iba a enojar (de bronca por haberme elegido a mi), pero la calentura me iba a quedar por dentro y listo. Ademas, me iba a calentar porque a la mañana quiero viajar sentado,
TODOS queremos viajar sentados a la mañana.
Se presentó en ese momento la situación desagradable e incomoda, de un cuasi-linchamiento por haber dicho eso, y quienes me atacaban verbalmente eran 4 personas, todas ellas mujeres, la cual una tiro el comentario que a mi mas me ofendió que fue: "Que tu vieja no te enseño a ser educado?". Comentario cassetero, aburrido, retrogrado, de señora cómoda indignada, que se queja y no hace nada. A lo que termine contestándole: "Si insulto es porque quiero, no porque mi vieja no me haya educado. Con mi vieja no se meta señora".
Se que agregar lo que nos dijimos no aporta algo productivo, pero es para que sepan.
Ahora, habiendo pasado este momento, paso a mis preguntas, mis cuestiones que me hago hace mucho tiempo. La pregunta principal es:
Nosotros, los jóvenes, ¿no tenemos derecho a viajar sentado?
De chico me enseñaron una frase, un dicho que dice: "El derecho de uno termina donde empieza el derecho del otro". Bien. Yo no estoy de acuerdo con esa frase, al menos para que se aplique al colectivo.
Voy a dar un ejemplo claro que pasa en el 132, bondi que tomo de lunes a viernes y es en el que mas me muevo. Pasa siempre que en Once, justo en la misma parada del problema de hoy, suben personas, por lo general señoras que van cargadas con un montón de bolsas y cajas, a las cuales no se les da el asiento, visto y considerando que se le dificulta agarrarse de algún caño, pero a las embarazadas si se los damos, (ya se, llevan a un bebe, es mucho más riesgoso por haber 2 vidas en juego ahí) pero también esta imposibilitada de agarrarse de algún caño. O sea, el problema es el mismo, la imposibilidad de agarrarse de un caño, pero nuestro criterio para ceder el asiento voluntariamente, no.
Ahora, voy a apuntar contra las señoras mayores, popularmente llamadas "viejas" que por lo menos te piden el asiento de mala gana en el 80% de las veces, de manera intempestiva. Pero ¿a quienes les piden? Siempre les piden al mas joven que vean, si hay 10 personas con posibilidad de dar el asiento, las viejas apuntan al pibe, a la chica joven. NOS SEÑALAN. ¿Por que? Porque es fácil sacarle el lugar al pibe, total las viejas piensan: "ah, claro, se lo pido al pibe, el pibe no sufre y no le va a pasar nada" como si fuéramos robots que no sentimos cansancio o dolor alguno. Siempre le van a pedir al chico de 10, 12, 13, 17, 18, 20 años, así este en un lugar incómodo para cederlo.
Los jóvenes también tenemos dolores, golpes, cansancio del estudio o del laburo en algunos casos, o tenemos ganas de dormir (aunque muchos se hacen los dormidos). No es que seamos unos viejos jubilados que no podemos movernos, pero somos seres humanos, y no somos menos ser humano que una vieja. ¿No podemos descansar?
Duplico la apuesta con lo último, ¿Y si el chico/a tiene que estudiar? El 132 es un bondi que pasa por facultades importantes (sociales, medicina, económicas) y siempre viajan chicos/jóvenes con resúmenes, fotocopias, libros, incluso yo a veces también voy así. Repito la pregunta: ¿Y si el chico/a tiene que estudiar? ¿Le vas a sacar el derecho a estudiar? ¿Con que derecho? Después no te indignes si la UBA baja 7 puestos en un ranking, pensá en tu pequeña acción. Entonces, el/la joven que se sienta, ¿Por que no tiene derecho a sentarse? Tiene tanto derecho a sentarse como usted señora.
Por eso creo yo,
EN ESTE CASO, que
mi derecho vale tanto como el derecho del otro.
(Fotos propias)